A partir del conocimiento de los debates actuales sobre la relación dialógica entre campo artístico y educación y cómo esta relación está hoy siendo revisada desde distintas perspectivas, la primera pregunta que nos hicimos y a la que este programa académico intenta responder fue: ¿cuál es la función de un programa académico en una bienal de performance?
Pensamos que la función de un programa académico no debería reducirse a ser solo un área de reflexión sino más bien crear un espacio en el que se ponga en acto el potencial del arte contemporáneo para impulsar propuestas de educación artística,aunque todavía existe una distancia entre los intereses del arte y los de la educación, sin embargo, es visible la interacción y cómo se han afectado mutuamente la producción de conocimiento y el campo del arte. Por otra parte, otra de las funciones de este programa es explorar la capacidad de la performance como vehículo de acción pedagógica teniendo en cuenta que las prácticas performativas intentan producir la desestabilización de los patrones de pensamiento consolidados por la enseñanza convencional, es decir, repensar el formato tradicional de la educación con el fin de revisar la producción y reproducción del conocimiento dentro del campo artístico.
En esta Bienal, las propuestas artísticas y pedagógicas intentan estar unidas una a la otra, y es deseable que, en un futuro, sea difícil decir dónde comienza una y termina la otra. En esta instancia, varios de los protagonistas del programa artístico intervienen en los procesos discursivos a través de diálogos y conferencias performáticas. También, los seminarios y workshops están a cargo de investigadores provenientes, en su mayoría, del ámbito de la práctica, si bien, los seminarios y conferencias son muy diferentes entre sí, comparten una idea común que es el fundamento del tramado conceptual y operacional de este proyecto pedagógico: promover una apertura de la educación a través de la experiencia del arte.